lunes, 16 de agosto de 2010

EL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA DEL JOVEN FUTBOLISTA


LA FUERZA DEL JOVEN FUTBOLISTA.

Cuando el proceso de entrenamiento está orientado a los jugadores y equipos jóvenes, el trabajo debe tener una orientación preferente hacia el jugador, en ese momento debemos asegurar el desarrollo de las capacidades del jugador para certificar así la potencialidad de todas las cualidades y en especial, de la que nos ocupa, la fuerza (Martín, 1984):

Etapas:
1. De la construcción neuromuscular.
2. Del desarrollo muscular y de la fuerza máxima.
3. De la integración de la fuerza rápida y la habilidad específica.

Entrenamiento de la construcción neuromuscular (entre los 6 y los 12 años, valores de referencia).

Etapa orientada hacia la construcción muscular básica, pero todavía con un alto predominio del trabajo coordinativo y técnico.

Organizativamente el modelo de entrenamiento debe respetar la realización de tareas para mejorar la capacidad coordinativa general, para construir al deportista; a este tipo de trabajo le deben seguir los modelos de ejercicios de fuerza rápida (juegos de persecución, saltos, arrastres, transportes, etc.) y a continuación incidir en las habilidades específicas del fútbol que precisan de la fuerza rápida. Esta orientación y ciclo secuencial de trabajo se debe repetir en la sesión, en la semana, en la temporada y en el tiempo que dura esta etapa de construcción (Martín, 1994).

Del desarrollo muscular y de la fuerza máxima (entre 13 y 16 años)

Etapa orientada hacia el desarrollo de los valores de fuerza general, mejora analítica de los valores de fuerza máxima y de fuerza-rápida.
En esta etapa la fuerza se está desarrollando biológicamente, y es la etapa sensible para adquirir altos niveles de fuerza. Si hemos hecho bien la etapa anterior, el joven futbolista ya tendrá adquirida una buena habilidad específica del fútbol, con lo que nos permitirá poder “perder” tiempo en la construcción de fuerza.

Metodológicamente, alternaremos en la sesión tareas analíticas de fuerza máxima (ejercicios generales con cargas no máximas para grandes grupos musculares específicos de la parte anterior, posterior, lateral, arriba y abajo) con tareas de fuerza rápida (con pequeñas cargas o sin ellas) y habilidad específica relacionada estrechamente con los requerimientos del juego. En esta etapa se abandona el trabajo coordinativo psicomotor de tipo genérico. El modelo se repite en las sesiones dedicadas al desarrollo de la fuerza a lo largo de toda la etapa.

De la integración de la fuerza rápida y la habilidad específica.
(16-20 años)

En esta etapa el entrenamiento de la fuerza es dirigido y especial, con tendencia a abandonar los ejercicios generales que entrenaban músculos, para desarrollar trabajos con cargas que entrenan movimientos. Es ya un entrenamiento muy similar al de los adultos, en el que se deben considerar ya las características del juego. Se combinan en la sesión tareas de fuerza dirigida con tareas de fuerza especial y ejercicios de competición.

PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS DEL ENTRENAMIENTO PARA NIÑOS Y JÓVENES


Del libro: Metodología general del entrenamiento infantil y juvenil.
Martín, Nicolaus, Ostrowski y Rost.

1. Principio de la comprensión del entrenamiento.
El entrenamiento infantil y juvenil sigue principios éticos, esto significa respeto y tolerancia a la personalidad, protección de la salud e individualidad de los niños y de los jóvenes en el entrenamiento y en la competición.

2. Principio de la responsabilidad pedagógica y obligación de asistencia.
Los entrenadores tienen frente a niños y jóvenes, así como sus padres, una responsabilidad y obligación de asistencia pedagógica prescrita legalmente y fundamentada moralmente.

3. Principio del papel guía pedagógico.
La responsabilidad pedagógica otorga a los entrenadores, al mismo tiempo, un papel de guía en forma de una función referencial y de un modelo personal y social que tenga una influencia positiva en los niños y en los jóvenes.

4. Principio del apoyo al desarrollo integral de la personalidad.
Las decisiones del entrenamiento sobre el desarrollo del rendimiento deben ir en armonía con el desarrollo de la personalidad de los niños y jóvenes y deben apoyarla.




5. Principio del mantenimiento y de la protección de la salud.
La acción del entrenamiento debe servir al mantenimiento y protección de la salud.

6. Principio del entrenamiento de acuerdo con el desarrollo.
El entrenamiento y los ejercicios del entrenamiento deben orientarse según el estado de desarrollo individual a las condiciones de rendimiento respectivas, a la tolerancia al esfuerzo y a las secciones del desarrollo de los niños y de los jóvenes especialmente propicias (fases sensibles)

7. Principio de promoción de la alegría en el entrenamiento.
Alegría, diversión y experiencias en las que se afirma la propia capacidad son principios eficaces para la motivación en el entrenamiento y medios para desarrollar una actitud positiva de los niños y jóvenes hacia el mismo.

8. Principio del reconocimiento del doble esfuerzo.
Los niños y jóvenes que se encuentran en el entrenamiento están sujetos principalmente a un doble esfuerzo de entrenamiento y formación, por lo que tienen un tiempo limitado. Por consiguiente es necesario crear un entorno que ponga a disposición el tiempo necesario para el entrenamiento.

9. Principio del auto responsabilidad.
El entrenamiento debe producir en los niños y jóvenes un resultado educativo tal que apoye en creciente grado el auto responsabilidad. Esto exige una gran predisposición al dialogo con los entrenadores responsables.