viernes, 16 de marzo de 2012

Marcelo Bielsa, el jefe de la tribu


  • El técnico es el auténtico 'inventor' del nuevo Athletic
  • Llegó prometiendo un fútbol huérfano de especulaciones y pocos le creyeron
  • Ocho meses después tomó Old Trafford y 8.000 leones corearon su nombre al unísono

Llegó prometiendo un fútbol atractivo, ofensivo, sin especulaciones. Pocos le creyeron. Los más se miraron escépticos. Hasta que poco después empezaron a llegar los resultados. No los que reflejaba el marcador, no siempre fiel al trabajo que los futbolistas realizan sobre el terreno. Los resultados que primero empezaron a apreciarse son los que ofrecían los jugadores con sus movimientos, con sus prestaciones y con su rendimiento.
Hoy, casi ocho meses después de su presentación oficial, pocos son, si queda alguno (Javier Clemente entre ellos), los que reniegan de Marcelo Bielsa. Desde luego, entre los que comulgan a pies juntillas con sus predicamentos figuran los 8.000 entusiastas seguidores rojiblancos que se desplazaron hasta Manchester con la esperanza de ver a su Atheltic hacer historia.
Y vaya si vieron cumplido su sueño. Esas 8.000 gargantas acabaron el partido de Old Trafford, que sirvió para coronar una idea, un concepto de fútbol, toda una filosofía, coreando el nombre del técnico argentino y enmudeciendo a los 51.000 hinchas locales, que abandonaban el teatro de los sueños frotándose los ojos. Sí, lo que acababan de ver no había sido un sueño. Lo que ofreció el Athletic de Bielsa fue un recital de fútbol.
El éxito de este equipo es Marcelo Bielsa. Un hombre especial, peculiar, único. Enfermo de fútbol, dicen quienes le conocen. Detallista al máximo, tanto con sus jugadores como con todo lo que le rodea. El hombre que se desplaza con un Seat Ibiza, lo que ya indica en parte cuál es su carácter. El técnico que concentra a sus jugadores el sábado al mediodía, si se juega en domingo, pese a que él no duerme en las concentraciones y sí lo hace en su hotel.
Es un amante, un apasionado, un obsesionado de los vídeos y del trabajo. Vive sólo para el equipo y casi siempre viste con chandal. No consigue estar parado. Camina, incansable. Alguien contó el otro día, en Villarreal, cuántos pasos daba arriba y abajo de su área técnica: trece en una dirección, trece en la contraria. Ni uno más. Ni uno menos. "Curiosa forma de entretenerse", fue su comentario cuando se le inquirió al respecto en rueda de prensa. No para. Ni en el campo ni en el aeropuerto esperando los vuelos. Recorridos cortos, pero casi siempre en movimiento.
Bielsa ha construido un gran trivote en el centro del campo con De Marcos, Iturraspe y Ander Herrera. Y Bielsa ha dejado huella en una sociedad que agradece sus gestos cariñosos con los niños y con las monjas clarisas, a las que visitó en vísperas de un partido europeo. Bielsa es único.

FUENTE: www.mundodeportivo.com